ENERO 2022 – la vida del Beato Carlos – Artículo 1

En este año 2022 del Centenario de la muerte del Beato Carlos de Austria, encontrará a principio de cada mes, un episodio de la vida del Beato Carlos que puede inspirar nuestra propia vida cristiana.
Están escritos por la señora Elizabeth Montfort, delegada de la Liga de Oración del Beato Carlos en Francia y traducidos y presentados en este sitio Internet con su autorización.

ENERO 2022: recibir y transmitir

Una infancia piadosa y despreocupada

El archiduque Carlos nació el 17 de agosto de 1887 en el castillo de Persenbeug, en el Danubio, a 80 kilómetros de Viena. El padre de Carlos, Othon, sobrino del emperador Franz Joseph, es hijo del archiduque Carlos-Luis. Su madre es sobrina del rey de Sajonia. Maria-Josefa es una mujer culta y muy piadosa. Ella lleva a su hijo a misa todos los días y le transmite su piedad mariana. Tiene la costumbre, por la noche, al dejar a su hijo, de hacer la señal de la cruz en su frente y de decirle, para desearle buenas noches, esta oración tan popular en Austria: «Alabado sea Jesucristo ! Hasta nunca ! «

Carlos se bautizó el 19 de agosto y pasó su infancia en las guarniciones donde vivía su padre, pero también en Villa Wartholz, donde vivían sus abuelos paternos. Su abuelo, el archiduque Carlos-Luis, se volvió a casar por tercera vez en 1873 con la tía de Zita, la ferviente católica Maria-Theresia (1855-1944). Ella tendrá el papel de una abuela atenta y cariñosa en la vida de Carlos.

Muy joven, el pequeño Carlos mostró una excepcional suavidad de carácter y un espíritu caritativo. No es raro que regale a los niños pobres los juguetes que recibió en Navidad o en su cumpleaños y que sin embargo le llenan de alegría. Esta bondad lo caracterizará toda su vida y será reconocida por todos. A los once años hizo su primera comunión. Un familiar de la familia dirá: «Si no supiéramos rezar, es a través de este joven que lo aprenderíamos«.

Carlos tuvo una infancia acorde con los Archiduques de Austria: preceptores, carrera militar y educación en la fe católica. En 1903 y 1904, realizó una estancia de inmersión lingüística en Bretaña con el duque de Rohan en Josselin. A Carlos le gusta meditar en la basílica de Josselin a los pies de la estatua milagrosa de la Virgen del Roncier, que da lugar cada año a una romería bretona que se celebra el 8 de septiembre.

Muy cercano a su madre y su abuela, Carlos profundizó así su fe, que sería decisiva para toda su vida. Esta educación, profundamente arraigada en la fe católica, es decir en este vínculo constante entre la vida de oración y los actos de caridad, se transmitirá a sus hijos cuando le llegue el turno de educarlos.

Elizabeth Montfort
Gebetsliga Francia

Foto de Carlos con sus padres y su hermano menor (aprox. 1897)